Entre 1932 y 1933, se perpetró en terrible genocidio en Ucrania. Millones de personas fallecieron a causa de inanición provocada por la Unión Soviética. 85 años después, el horrible recuerdo sigue vivo en este pueblo.
TETIANA IZHEVSKA
Embajadora de Ucrania ante la Santa Sede
“Fue una política deliberada del régimen comunista y stalinista, para eliminar a los ucranianos de estos territorios. No dar alimentos a las personas como arma para matarlos”.
Durante estos años, el gobierno confiscó todo el trigo, semillas y las patatas. Los usó para vender a Occidente más de 1,7 millones de toneladas.
Millones de personas tuvieron que recurrir a la búsqueda de plantas, ramas, hierbas e insectos, para sobrevivir. Si los encontraban comiendo otra cosa, podían ser castigados.
TETIANA IZHEVSKA
Embajadora de Ucrania ante la Santa Sede
“La familia de mi madre vivía en el centro de Ucrania y tenían muchos niños. Su hermana menor de tres años, estaba jugando fuera de casa. Cuando la madre salió a buscarla, la niña no estaba. La hallaron en casa de otra persona, donde estaban preparando una olla grande con el agua hirviendo. Querían cocinarla y comérsela. No te lo puedes imaginar. Mi madre me contó esta historia”.
La embajadora dice que aunque no todos los periodistas informaron sobre la verdad de la situación, un artículo de L'Osservatore Romano del Vaticano sí la explicaba. Fue publicado en julio de 1933 y se llama “Pobreza y persecuciones religiosas en la Rusia soviética. Ucrania aterrorizada”.
El Vaticano continúa condenando esta tragedia.
También el entonces cardenal Bergoglio mencionó esto en su libro, “Sobre el Cielo y la Tierra ”.
TETIANA IZHEVSKA
Embajadora de Ucrania ante la Santa Sede
“Lo menciona pero no como Holodomor. Lo cita entre los genocidios del siglo pasado. Es muy importante para el pueblo ucraniano que el Papa lo reconozca, porque le tienen un gran respeto, por sus palabras y sus declaraciones”.
Las palabras del Papa y de los anteriores pontífices contribuyeron a mostrar la realidad de esta devastación causada por la Unión Soviética.
Según, los investigadores murieron de inanición 24 personas cada minuto, 1.440 cada hora y 34.560 cada día. Una terrible realidad que marcó a este pueblo y que se sigue recordando 85 años después.