El Papa se reunió con el presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin.
“Es un placer volverle a ver”.
Es la segunda vez en tres años que el mandatario visita a Francisco. La primera fue en 2015.
El Vaticano informa de que, en esta ocasión, se han tratado temas como el deseo de la Santa Sede “de alcanzar acuerdos satisfactorios sobre algunas cuestiones de interés común”. Por ejemplo, sobre las negociaciones entre israelíes o palestinos o el especial estatus de Jerusalén y “la importancia de salvaguardar su identidad y su vocación de Ciudad de la Paz”.
Otro asunto sobre la mesa ha sido la situación política y social de Oriente Medio y “la importancia de fomentar el diálogo entre las diferentes comunidades religiosas con el fin de garantizar la convivencia pacífica y la estabilidad”.
También hablaron del esfuerzo común para luchar contra el antisemitismo en todo el mundo.
En el intercambio de regalos, el presidente israelí entregó a Francisco un relieve de la ciudad de Jerusalén dividida en sus 5 barrios.
Por su parte, el Papa le obsequió con un relieve de una planta que crece en el desierto, deseando que en el desierto de la enemistad pueda germinar la paz.
El próximo 30 de diciembre, la Santa Sede y el Estado de Israel cumplirán 25 años de relaciones diplomáticas.