En la Ciudad Eterna está llegando poco a poco el frío pero eso no apagó el entusiasmo de los peregrinos.
En su catequesis, Francisco explicó el sentido del octavo mandamiento, que prohíbe mentir. Dijo que se puede mentir de muchas formas, no solo con palabras, y que sus consecuencias son graves.
FRANCISCO
“Es grave vivir de “comunicaciones” no auténticas, porque impide las relaciones recíprocas y el amor al prójimo. La comunicación entre las personas no es solo con palabras, sino también con gestos y actitudes, hasta con silencios y ausencias; se comunica con todo lo que uno hace y dice”.
También dijo que no se trata de decir cualquier verdad sino de actuar con justicia. Además, se puede estar “sinceramente en el error”; es decir: que se piensa tener razón cuando no es del todo cierto.
FRANCISCO
“A veces nos justificamos diciendo: 'Pero dije lo que sentía'. Sí, pero has 'absolutizado' tu punto de vista. O también: 'Solo dije la verdad'. Puede ser, pero has revelado hechos personales o reservados. Cuántos chismes destruyen la comunión por ser inoportunos o por falta de delicadeza”.
El Papa advirtió contra un grave peligro: el de la inoportunidad. Revelar verdades sobre los demás a personas que no tienen por qué saberlo.
FRANCISCO
“Atención. El chismoso, la chismosa es un terrorista porque con su lengua lanza la bomba y se va. Y esto que ha dicho, esa bomba que lanza, destruye la fama de otros y él se va tranquilo”.
El Papa recomendó seguir el ejemplo de Cristo, que reveló sin tapujos quién era; con hechos y palabras, aunque esto le costó la muerte. De esta forma aconsejó redescubrir el significado de llevar una vida auténtica.