Según la Organización Mundial de la Salud, 2.100 millones de personas no tienen acceso a agua potable segura, y 844 millones ni siquiera tienen servicios básicos de agua corriente.
Para abordar el problema, el Vaticano ha organizado esta conferencia.
Uno de los participantes es Caritas Internationalis, que tiene un proyecto para llevar agua potable en Camboya.
Después de dos tifones en dos años consecutivos, Caritas construyó presas de agua y canales. Además, ha enseñado a las comunidades locales cómo ser autosostenibles.
Según la responsable de Caritas, hacen falta tres medidas para abordar con la crisis del agua.
ADRIANA OPROMOLLA
Caritas Internationalis
“Se necesita más conciencia sobre los derechos de los pueblos al agua, también para el uso sanitario e higiene. Garantizar el derecho al agua es responsabilidad de todos. No sólo lo debe hacer el gobierno. Es vital involucrar a las comunidades locales para que sean responsables de su propio futuro, y hacerlas conscientes de sus derechos para administrar mejor sus recursos”.
Adriana Opromolla dice que el agua no es sólo un recurso, sino un derecho esencial. Tampoco es algo que hay que proporcionar por caridad.
Otros estudios denuncian que la mitad de los hospitales de los países con bajos ingresos carecen de agua corriente y la situación no mejora, como señala el presidente de Waterlines
Piensa que la Iglesia católica puede ayudar a que otros tomen medidas para que haya agua potable en los hospitales.
DAVID W. DOUGLAS
Presidente de Waterlines
“Una medida es verificar las condiciones del agua y saneamiento en el centro médico. Si no son adecuadas, se tomarán medidas para mejorarlas”.
La conferencia se ha centrado en la encíclica del 2015 “Laudato si'” del Papa. Se espera que ayude a que otras instituciones aborden la accesibilidad al agua potable para todos.