La catequesis semanal de los miércoles comenzó con una sonrisa: la de estos pequeños que disfrutaron de una atracción de la que pocos pueden disfrutar, un paseo en papamóvil.
Francisco afrontó en la audiencia el séptimo mandamiento, “No robarás”. Explicó que este mandamiento viene del desmedido afán de poseer.
FRANCISCO
“Muchas veces hemos oído lo que el pueblo de Dios dice: el diablo entra por los bolsillos. Primero viene el dinero, el amor al dinero, el afán de poseer. Después la vanidad: 'Oh, soy rico, presumo de ello'. Y al final viene el orgullo y la soberbia. Esta es la manera que tiene el diablo para influir en nosotros. Pero la puerta de entrada está en los bolsillos”.
Francisco explicó el profundo sentido del respeto por el otro que se esconde tras el séptimo mandamiento. Por eso denunció el afán desmedido de poseer que termina robando a otros bienes de primera necesidad.
FRANCISCO
“La riqueza del mundo de hoy está en manos de las minorías, de pocos; y la pobreza, es más, la miseria y el sufrimiento, están en manos de muchos, de la mayoría. Nadie es patrón absoluto de los bienes. Es un administrador de los bienes”.
Francisco recordó a los ricos que la administración de sus riquezas debe estar marcada por una fuerte dimensión social y cerró su catequesis con un profundo mensaje: la vida no es tiempo para poseer, sino tiempo para amar.