El lunes pasado, mientras hacían reformas en la nunciatura vaticana en Roma, encontraron fragmentos de huesos humanos.
El Vaticano pidió a las autoridades italianas que investiguen si son de un hombre o una mujer, la edad y la fecha del fallecimiento.
Sin más datos en la mano, la prensa italiana ha ligado este descubrimiento a la desaparición hace 35 años de una chica de quince, Emanuela Orlandi.
Era la hija de uno de los asistentes de Juan Pablo II, y algunos consideraron que su desaparición era un chantaje al Vaticano.
Sin embargo, jamás se supo qué había ocurrido a Emanuela.
Algunos especulan que un sacerdote investigado por la desaparición trabajaba en la nunciatura.