El primer fruto del Sínodo es este documento lleno de propuestas. Los obispos lo han entregado a Francisco y lo habitual es que el Papa lo use para escribir un texto magisterial, técnicamente una “exhortación apostólica”.
¿EN QUÉ CONSISTE EL DOCUMENTO DEL SÍNODO?
El documento presenta las conclusiones de las tres semanas de intercambio de impresiones de 267 obispos y sacerdotes de todo el mundo.
Son 167 puntos que han votado y aprobado por mayoría superior de dos tercios, tarea nada fácil pues es casi imposible hacer un texto al gusto de todos.
Para prepararlos, reunieron a jóvenes en sus países y en Roma escucharon las historias y los interrogantes de 37 jóvenes con perfiles muy distintos.
FRANCISCO
“Y ahora el Espíritu Santo nos regala este documento a todos, también a mí, para reflexionar sobre lo que quiere decirnos. Muchas gracias a todos, muchas gracias”.
El documento sigue como hilo conductor la escena del Evangelio de los discípulos de Emaús. Luego propone cuestiones concretas para ayudar a los jóvenes.
¿QUÉ DICE SOBRE LA MUJER?
El documento recuerda que “cualquier dominación o discriminación basada en el sexo ofende la dignidad humana”.
Son cuestiones que plantearon muchas de las participantes y también muchos obispos.
SOR SALLY HODGDON
Vicepresidenta, Unión Internacional de Superioras Generales
“Llevé cuestiones relacionadas con la participación de los laicos en la Iglesia, incluidas las mujeres; y llamé la atención cuando el lenguaje me parecía demasiado masculino. Pero también lo hicieron algunos hombres”.
De hecho, el documento denuncia que “en muchos lugares cuesta dar espacio (a las mujeres), incluso cuando se trata de asignar tareas que no requieren el sacerdocio”.
¿QUÉ DICE SOBRE LOS ABUSOS?
El texto condena los abusos y pide a la Iglesia que reconozca y actúe contra cualquier abuso: ya sea de poder, económico, de conciencia o sexual.
MONS. ANTHONY FISHER
Arzobispo de Sídney, Australia
“Yo diría a los jóvenes: si como Iglesia os hemos decepcionado, os pido perdón. Pero no dejéis a Cristo porque algunos de nosotros hayamos fallado”.
Además, el texto da las gracias a las víctimas que han tenido el valor de denunciar a sus agresores.
¿QUÉ DICE SOBRE LA SEXUALIDAD?
El texto pide que la Iglesia dé una formación sexual que no se limite a consejos esporádicos u ocasionales. Es decir, que se proponga la castidad de un modo atractivo, que muestre su valor para el crecimiento personal.
Además, elogia que algunos países hayan propuesto “caminos de acompañamiento en la fe para personas homosexuales”, y recomienda que se sigan ofreciendo.
Pide que esos itinerarios ayuden a quienes participan a “reconocer el deseo de pertenecer y contribuir a la vida de comunidad; y a discernir las mejores formas de realizarlo”.
¿QUÉ DICE SOBRE LA VOCACIÓN?
La Vocación era uno de los temas principales del encuentro y aparece mencionada a menudo en el documento final.
CARD. LUIS ANTONIO TAGLE
Arzobispo de Manila
“En la parroquia me habían enseñado muchas cosas, pero lo que realmente me ayudó a decidir poner mi vida al servicio de la Iglesia, no fue lo que me habían explicado, no fue una idea. Fue la gran experiencia de conocer a gente que había “malgastado” o dedicado su vida completamente a Jesús. Y eso golpeó mi corazón”.
El documento recuerda que todas las personas está llamadas a ser santas; dice que la juventud es la edad de las decisiones y lamenta la cultura de lo provisional, que favorece que se prolongue indefinidamente la adolescencia y la toma de decisiones.
¿QUÉ DICE SOBRE INTERNET?
Sobre Internet el documento lanza una pequeña alarma. Dice que Internet ha acostumbrado a los jóvenes a usar la imagen como vehículo comunicativo, y que la Iglesia debe interrogarse sobre como transmitir “una fe que se basa en la escucha de la Palabra de Dios y la lectura de la Sagrada Escritura”.
PALABRA CLAVES: ACOMPAÑAR Y SINODALIDAD
Más allá de las cuestiones concretas, las dos palabras clave son “acompañar” y “sinodalidad”.
Se trata de no limitar la formación a cursos sobre contenidos religiosos, sino apostar por la amistad y la escucha recíproca, sin paternalismos y con franqueza para ayudar a cada persona a vivir una relación personal con Dios.
Otra idea es ayudar a participar en los sacramentos, explicar mejor la Misa o enseñar a confesarse.
“Sinodalidad” supone también dejar de hacer cosas “por los jóvenes” y contar con ellos a todos los niveles, también en la toma de decisiones.