Sacerdote recién ordenado explica qué fue lo que le llevó a dar el paso

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27/10/2018
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La gente joven, la fe y el discernimiento vocacional son los temas que se están estudiando en el sínodo. Probablemente allí se fijen en casos como el de Brian McNavish: entró en el seminario sin saber que tendría que estudiar durante 8 años y sin saber cómo es el día a día de un sacerdote.

Sin embargo, Brian decidió lanzarse y se agarró a un asidero invisible: la fe.

P. BRIAN MCNAVISH
Sacerdote (Estados Unidos)
“En el seminario recibimos lo que ellos llaman formación. En realidad es un proceso para conocerse a uno mismo, conocer a la Iglesia y conocer a la gente a la que servirás. Tienes que ver a la gente como personas que pueden contribuir a los planes de Dios. No solo como personas con muchos problemas, sino como personas con potencial, que a pesar de sus problemas pueden ayudar a la Iglesia'.

Dice que escuchando las vidas de sus parroquianos aprende valiosas lecciones de vida. Lo ayuda a salir de su mentalidad de “millennial”.

Explica que en su proceso de discernimiento fue muy importante aceptarse a sí mismo: aceptar sus dones y sus defectos y recordar que Dios no los va a abandonar.

P. BRIAN MCNAVISH
Sacerdote (Estados Unidos)
“Cuando eres joven y te estás preparando para el sacerdocio, creo que lo más importante es que te hagan sentir que eres capaz, que se puede confiar en personas que no necesariamente están cerca de la Iglesia. Una vez que das esa confianza a alguien, verás cómo desarrolla sus dones y ve cómo Dios quiere que los utilice”.

Brian está intentando llevar esa estrategia para ayudar a quienes se confiesan con él, a quienes se preparan con él al matrimonio, a quienes acompaña en las dificultades de la vida.

P. BRIAN MCNAVISH
Sacerdote (Estados Unidos)
“Llevo cuatro meses de sacerdote y ahora estoy entusiasmado. Es emocionante, cada día es diferente. He experimentado cosas muy profundas a lo largo de este tiempo. Para mí son como encuentros con Dios, invitaciones que Dios me hace para profundizar. Una de las cosas que más hago es ayudar a otros a responder a la invitación que Dios tiene para ellos”.

El padre Brian da este consejo a quienes estén decidiendo si casarse o vivir el celibato: que se conozcan a ellos mismos. Solo conociendo las fortalezas y limitaciones propias uno puede realmente entregarse a la vocación que Dios le ha preparado.

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