La vida es camino y ahora que termina el camino del Sínodo, qué mejor modo que cerrarlo de modo simbólico: con un peregrinaje.
“Somos de una universidad católica y estamos haciendo esta peregrinación junto a todos los obispos”.
CARD. JUAN JOSÉ OMELLA
Arzobispo de Barcelona (España)
“Qué bonito es recuperar esa fe que queremos revitalizarla en la tumba de San Pedro, que es, de alguna manera el que nos trae el regalo de la fe, de Jesucristo. Este regalo nos lo trae Roma y nos lo trae toda Europa”.
Algunos padres sinodales se rodearon de jóvenes de universidades y colegios en esta peregrinación de 5 kilómetros. Recorrieron el último tramo de la Vía Francígena para luego entrar en la basílica de San Pedro y participar en una Misa en la que el Papa estaría presente.
El objetivo no era otro que rezar juntos por las conclusiones del Sínodo.
Francisco recorrió junto a ellos los últimos tramos, ya dentro de la basílica, antes de comenzar la ceremonia litúrgica que presidió el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo. La homilía, en cambio, la predicó monseñor Rino Fisichella.
Recordó una relación semejante a la del Sínodo: la del apóstol Juan, joven, con San Pedro, más anciano. Aunque Pedro era más experimentado fue Juan quien llegaba primero a Dios. Pero siempre le esperaba. Y Jesús también tenía paciencia con Pedro. El Evangelio muestra cómo el primer Papa cambia poco a poco. De hecho, fue el apóstol que recibió una segunda llamada cuando tras la traición Jesús lo vuelve a acoger y a encomendarle que cuide de la Iglesia.
MONS. RINO FISICHELLA
“Esta segunda llamada es la llamada al amor, a dar todo, todo, no solo a 'dejar' sino a 'darse del todo'. Pedro aún no es capaz. Hermanos míos: pasarán 30 años, como dice la inscripción bajo la estatua de Pedro, y después de 30 años, Pedro, en ese momento, se arrodillará ante Dios. Pedro ahora está disponible y es capaz de darse del todo. Este es el don del martirio”.
Este fue el último gran acto del Sínodo antes de que se publiquen las conclusiones. El Papa celebrará el domingo una Misa de clausura. Pondrá fin a un largo período de reflexión dentro de la Iglesia Católica.