“Santidad”.
“Encantado de verle”.
“Encantado”.
“Estoy muy contento”.
De esta forma tan cordial se saludaron Francisco y Karekin II, Patriarca supremo y Catholicós de todos los armenios. Departieron durante unos minutos en privado evidenciando, una vez más, el buen entendimiento entre la Iglesia católica y la Iglesia apostólica armenia.
Tras el tradicional intercambio de regalos llegó el turno de las fotografías protocolarias y después la despedida, que fue así de afectuosa.
“Que nuestra oración le acompañe”.
La última vez que Francisco se reunió con Karekin II fue en abril, cuando se inauguró en los jardines vaticanos esta estatua de San Gregorio de Narek, declarado en 2015 doctor de la Iglesia precisamente por el Papa Francisco.