Durante el Ángelus del domingo, ante 20.000 personas, el Papa explicó la difícil condición que hay que aceptar si se quiere amar y ser amado.
FRANCISCO
“La vía del amor supone 'salir perdiendo', porque amar significa dejar de parte el egoísmo, la 'autorreferencialidad', para servir a los demás”.
Francisco comentó el Evangelio del día, que muestra la competencia que había entre los propios discípulos para ver quién llegaba más alto. El Papa explicó que el antídoto contra ese “carrerismo” es el servicio que Cristo propone a sus discípulos.
FRANCISCO
“Servir es el antídoto más eficaz contra el virus de la búsqueda de los primeros puestos; es la medicina contra los 'escaladores'. Esta búsqueda de los primeros puestos, que contagia a muchos ambientes humanos y también a los cristianos, al pueblo de Dios y a la jerarquía eclesiástica”.
El domingo se celebró el día dedicado a las Misiones. El Papa recordó que este año está dedicado a los jóvenes, al igual que el Sínodo. Subrayó lo mucho que le impresionan los testimonios que durante estos días está escuchando. Historias de jóvenes que encuentran a Dios y que son capaces de no separarse de él a pesar de los obstáculos de la vida.