La llamada al celibato laical, parte del sínodo sobre los jóvenes y la vocación

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19/10/2018
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Uno de los dos temas fundamentales de este sínodo es ayudar a los jóvenes a encontrar su vocación. 

FRANCISCO
“¡No tengamos miedo de los compromisos definitivos, de los compromisos que involucran y abarcan toda la vida! ¡De esta manera, nuestra vida será fecunda!”.

P. GIUSEPPE DI VIRGILIO
Experto del Sínodo de Obispos
“La vocación es la respuesta auténtica de cada hombre, de cada mujer, de cada joven, a la llamada que Dios pone en su corazón”.

El teólogo Giuseppe di Virgilio participa en el sínodo como experto en vocación y la Biblia. Dice que allí las historias de vocación son como un éxodo, que hace que las personas abandonen lo que tienen por algo más preciado. 

P. GIUSEPPE DI VIRGILIO
Experto del Sínodo de Obispos
“En el Antiguo y en el Nuevo Testamento hay una larga serie de historias de vocación que muestran cómo jóvenes, ancianos, casados, famosos o ricos..., responden de modo extraordinario a la llamada de Dios”.

MARÍA DEL PILAR RÍO
Pontificia Universidad de la Santa Cruz
“Todos por el hecho de haber sido creados por Dios tenemos una vocación; vocación, repito que luego se va configurando en el curso de nuestra vida”.

María del Pilar Río enseña en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, y es una experta en la teología sobre los laicos y la vocación al celibato laical.

MARÍA DEL PILAR RÍO
Pontificia Universidad de la Santa Cruz
“¿Qué quiere decir? Que Dios llama a algunas personas a vivir ese celibato en medio del mundo, pero no sólo en medio del mundo, sino que, digamos, transformando esa presencia en el mundo en lugar de llamada y de misión”. “Quien vive el celibato laical en profunda unión con Cristo, está llamado de alguna manera a identificarse con el Cristo de la vida oculta; con el Cristo dedicado enteramente a las cosas de su padre, vivió en Nazaret, trabajó como carpintero, tenía vecinos, amistades... Ese es... nuestro modelo”.

Un ejemplo de vocación al celibato laical es el que viven algunos hombres y mujeres del Opus Dei. 

MARÍA DEL PILAR RÍO
Pontificia Universidad de la Santa Cruz
“He podido conocer a muchas personas, hombres y mujeres que con ocasión de su ejercicio profesional han hecho de esa dedicación a Dios con corazón indiviso, un servicio a la Iglesia, a Dios, a los hombres”. “Pienso que el celibato laical en medio del mundo es un testimonio maravilloso en este mundo nuestro bueno, pero ofuscado por el pecado, y por tanto, muchas veces, que vive entre penumbra, es un testimonio maravilloso del amor de Dios, de una respuesta al amor de Dios que es gratuita, desinteresada. Un amor de Dios que amplia el corazón de tal manera que caben todos”.

En definitiva, explica que el celibato laical comporta la renuncia al matrimonio, comporta la renuncia a la transmisión de la vida, pero no comporta la renuncia ni al amor, ni a una paternidad o una maternidad espiritual.

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