El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, está realizando un viaje de nueve días por Europa y una de sus paradas fue el Vaticano. Allí se reunió con el Papa a quien saludó con afecto y le contó que, como católico, su nombre de bautismo es Timoteo.
La expectación de este encuentro era grande porque Moon Jae-in llevaba un mensaje especial de parte del líder de Corea del Norte: una invitación a Francisco para que visite su país.
El jefe de prensa del presidente surcoreano aseguró que la invitación fue expresada al Papa verbalmente y que él está dispuesto a responder si el ofrecimiento llega de modo oficial.
Moon Jae-in obsequió al Papa con esta estatua de la Virgen María y esta imagen del rostro de Cristo.
El Papa recordó que, como uno de los temas principales de este encuentro es la paz, le entregaría el símbolo del olivo. También le entregó el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz que escribió para este año y una imagen del proyecto original de la plaza de San Pedro.
La esposa del presidente surcoreano, Kim Jung-sook, también saludó al Papa junto al resto de la delegación oficial. Al finalizar el encuentro, Francisco los despidió a todos con afecto.
A continuación, Moon Jae-in se reunió con el Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin y con Paul Richard Gallagher, secretario para las relaciones con los Estados.
El comunicado del Vaticano asegura que trataron de “la contribución positiva que la Iglesia ofrece en ámbito social, educativo y sanitario así como en la promoción del diálogo y la reconciliación entre los coreanos”.
También se expresó el “gran aprecio por el esfuerzo común de favorecer toda iniciativa útil que consienta superar las tensiones que existen todavía en la península de Corea, para abrir una nueva estación de paz y desarrollo”.
Ningún Papa ha visitado Corea del Norte hasta la fecha. Francisco sería el primero, en lo que sería una visita histórica.