Alguno de los padres sinodales y participantes en en la asamblea han puesto de relieve que es necesario hablar de los problemas de los jóvenes, no solo de los del norte del planeta, sino también de los que afectan a los jóvenes del sur, por ejemplo, a los jóvenes africanos.
CARD. BERHANEYESUS DEMEREW SOURAPHIEL
Arz. Metropolitano Addis Abeba
“Cuando hablamos de juventud en África o en el Cuerno de África, la mayor parte de la población, más de la mitad, son personas jóvenes. Los jóvenes son muy activos porque quieren cambiar las situaciones que les desafían, en su mayor parte, relacionadas con la pobreza. Quieren salir de la pobreza”.
No solo la migración afecta a estos jóvenes africanos también una peligrosa concatenación de injusticias, empezando por la existencia de gobiernos débiles que dan lugar a una enorme corrupción que, en muchos casos, desemboca en una guerra civil. Y a más guerras, más armas. Por eso, el cardenal de Etiopía denunció el tráfico de armas, un gran negocio en África que afecta a los más jóvenes de la peor forma posible.
CARD. BERHANEYESUS DEMEREW SOURAPHIEL
Arz. Metropolitano Addis Abeba
“Porque son usados como niños soldados. Son niños y niñas que usan armas modernas, no como las antiguas sino más sofisticadas. Son armas como los kalashnikovs o las minas antipersona. Esta es la gran tragedia para los jóvenes que emigran de África y para los desplazados internos en África”.
El cardenal de Etiopía recordó que Uganda es uno de los países con más refugiados del mundo, seguido de un país pobre como es Etiopía. Por eso, lamentó que otros países con más recursos rechacen a los inmigrantes, en su mayoría, jóvenes.
CARD. BERHANEYESUS DEMEREW SOURAPHIEL
Arz. Metropolitano Addis Abeba
“Es triste cuando escuchamos que se cierran fronteras en Europa a los más necesitados que escapan de la pobreza y las guerras. Es necesario preguntarse: ¿Dónde están las raíces cristianas de Europa?”
Por eso el cardenal recordó que es importante que el Sínodo aborde todas las realidades, porque en muchos lugares del mundo hay jóvenes que están luchando, simplemente, por sobrevivir.