El Papa ha autorizado que se investiguen todos los documentos que haya en el Vaticano sobre el ex cardenal de Washington Theodore McCarrick.
El Papa quiere aclarar los hechos, “situarlos en su contexto histórico y evaluarlos objetivamente”. Y es que, a pesar de los rumores de que abusaba de seminaristas y sacerdotes, fue hecho obispo y cardenal en tiempos de Juan Pablo II.
Aunque McCarrick dice que es inocente, Francisco lo expulsó en julio del colegio de cardenales, tras descubrirse que también pudo haber abusado de menores hace unos 40 años.
La apertura de los archivos del Vaticano será dura. Dice el comunicado que “podría sacar a la luz decisiones que no serían coherentes con el enfoque actual de estas cuestiones”. Y añade la frase de Francisco, 'seguiremos el camino de la verdad, dondequiera que nos lleve'.
FRANCISCO
27 de septiembre, 2015
“Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuenta”.
El modo de abordar las denuncias contra McCarrick se ha convertido en un desafío contra el Papa Francisco.
En agosto, su antiguo nuncio en EEUU, Carlo Maria Viganò aseguró que Benedicto XVI había sancionado al excardenal por comportamiento inapropiado, y que Francisco le había retirado la sanción. Llegó a decir que el Papa le había encubierto y le pedía que dimitiera. Francisco reaccionó así.
FRANCISCO
“Leedlo atentamente y sacad vuestras conclusiones. Yo no diré una palabra sobre él. Creo que el comunicado habla por sí mismo y vosotros tenéis la capacidad periodística suficiente para sacar vuestras conclusiones”.
Con esta carta, el cardenal Marc Ouellet, uno de los purpurados criticados en la última misiva del exnuncio Carlo Maria Viganò, aclara muchos puntos de lo ocurrido.
Confirma que “en mayo de 2006, se le pidió al excardenal McCarrick que no viajara y no participara en eventos públicos para no provocar más rumores como los que circulaban sobre él”.
Aclara que no hubo sanciones porque “no había pruebas suficientes” y McCarrick “supo defenderse muy hábilmente de las dudas”.
Por eso, dice, “es falso presentar las medidas como 'sanciones' decretadas por Benedicto XVI y anuladas por Francisco”.
El cardenal reconoce el error y espera que se haga “un análisis crítico y global” de cómo llegó tan alto McCarrick, “para evitar que suceda de nuevo”.
Además, tiende una mano al exnuncio, que desde que hizo sus acusaciones contra el Papa, permanece escondido.
“Comprendo que algunas penas y decepciones hayan jalonado tu camino al servicio de la Santa Sede, pero tú no puedes terminar así tu vida sacerdotal en una rebelión abierta y escandalosa”, le dice.
Una apelación al sentido común que el Vaticano espera que ponga punto y final a esta triste historia.