La primera sesión del Sínodo de los jóvenes comenzó en Aula Nueva del Sínodo y el primer trabajo de los padres sinodales fue este, rezar para que Dios guíe estas tres semanas de asamblea.
A continuación, fue el cardenal Sako, patriarca caldeo, quien tomó la palabra en nombre de los padres sinodales y expresó su apoyo al Papa.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca caldeo
“Estamos seguros de que las tormentas, por muy fuertes que sean, pasarán y la Iglesia saldrá más pura y fuerte. Este sínodo es realmente una gracia y una bendición para la Iglesia en el mundo de hoy”.
Francisco explicó que el sínodo debe ser un momento para compartir y, sobre todo, para escuchar. Lamentó que en demasiadas ocasiones no se haya prestado atención a la voz de los jóvenes.
FRANCISCO
“El camino de preparación hasta este momento ha puesto en evidencia una Iglesia “en deuda de escucha”, también de cara a los jóvenes, que muchas veces desde la Iglesia no se sienten comprendidos en su originalidad y, por tanto, no escuchados como son en realidad y, en ocasiones, incluso rechazados”.
Invitó a los mayores a tomarse en serio a los jóvenes y a estos a no creer que lo saben todo. Por eso, pidió que el diálogo se establezca sin caer en la tentación de los prejuicios y los estereotipos.
FRANCISCO
“Una Iglesia que no escucha se muestra cerrada a la novedad, cerrada a las sorpresas de Dios, y no podrá resultar creíble, en especial, para los jóvenes que, inevitablemente, se alejarán en lugar de acercarse”.
En su denso discurso, el Papa también habló del clericalismo para pedir que no cunda en la asamblea sinodal, que ninguno de los participantes crea que su vocación implica poder en lugar de servicio.
Por último, Francisco pidió a los participantes en el Sínodo que no se dejen llevar por el pesimismo y, con un toque de humor, les hizo esta invitación.
FRANCISCO
“Comprometámonos a tratar de “estar en el futuro” y de conseguir de este Sínodo no solo un documento, que generalmente lo leen pocos y lo critican muchos, sino, sobre todo, propuestas pastorales concretas de forma que cumplamos con el objetivo del mismo Sínodo”.
La jornada de trabajo de este primer día la cerraron el Secretario del Sínodo, el cardenal Baldisseri, y el Relator General, el cardenal Da Rocha, que ofrecieron algunas indicaciones prácticas para esta tercera asamblea sinodal del pontificado de Francisco.