El viaje del Papa Francisco a los países Bálticos ha dejado grandes imágenes para el recuerdo.
Durante cuatro días visitó Lituania, Letonia y Estonia. Los tres países celebran en 2018 el centenario de su independencia de la Rusia de los zares, y los 25 del viaje de Juan Pablo II a esa tierra tras su separación de la Unión Soviética.
El Papa reivindicó el valor de la libertad recordando el sufrimiento de estos pueblos primero bajo el régimen nazi y después bajo el soviético.
Fue especialmente conmovedora su visita al Museo de la Ocupación en la capital Lituana donde nazis y soviéticos torturaron y asesinaron durante décadas a miles de personas. El Papa rezó en una de sus celdas.
En Lituania el 80 por ciento de su población se declara católica. En Estonia y Letonia la situación es diferente. Estonia es uno de los países con menos católicos del mundo.