Nada más llegar a Letonia, el Papa ha sido recibido con esta dulce sorpresa musical.
El Papa les ha escuchado atentamente... y luego ha dado las gracias una a una a todas las chicas.
Desde allí Francisco ha partido rumbo al antiguo castillo que ahora es el palacio presidencial, para la ceremonia oficial de bienvenida.
Allí le esperaba el presidente del país, Raimonds Vējonis, que salió a la puerta principal para recibirle.
El presidente le mostró algunos de los salones antes de reunirse con él en privado.
También allí en el palacio presidencial, el Papa se reunió con unos 500 representantes de la sociedad civil: políticos, magistrados y embajadores.
El Papa les pidió que, después de un pasado marcado por los conflictos y las divisiones causados por los totalitarismos, apuesten por construir el futuro ayudando a personas concretas.
FRANCISCO
“Si hoy se puede hacer fiesta es gracias a tantos que han abierto caminos, puertas, futuro, y os han dejado en herencia la misma responsabilidad: abrir futuro poniendo la mirada en que todo esté al servicio de la vida, generando vida”.
A continuación, como parte del protocolo de Estado, el Papa y el presidente depositaron flores ante el Monumento de la Libertad.
Lo construyeron en 1935 durante un breve periodo de libertad, y consiguieron que no fuera derruido durante la ocupación soviética.
Las bajas temperaturas de los Países Bálticos contrastan con el calor romano, y el Papa se ha resfriado un poco.
Pero eso no le impide disfrutar el viaje y el calor de las personas.