Después de décadas de conversaciones, China y la Santa Sede han alcanzado un acuerdo provisional para nombrar nuevos obispos. Sólo 48 horas antes, el número dos del Vaticano dejó intuir que el acuerdo era inminente.
CARD. PIETRO PAROLIN
Secretario de Estado Vaticano
“Esperamos que se pueda llegar a la firma de este acuerdo en no demasiado tiempo. Para esto llevamos años trabajando”.
El acuerdo ha sido firmado en Pekín este sábado 22 de septiembre, 67 años después de la expulsión del representante papal y de la ruptura de relaciones diplomáticas.
El acuerdo es provisional y será periódicamente revisado. Permitirá que el gobierno proponga un candidato y que el Papa decida si aceptarlo o no.
En 1957 el régimen chino creó una Iglesia católica “patriótica” que no reconocía la autoridad del Papa. Desde entonces ha nombrado a sus propios obispos.
En diciembre de 2017 había 101 obispos en China. De ellos, 65 eran de la Iglesia dependiente del gobierno, y 36 de la comunidad clandestina, que rechazaban el control del Estado.
Por eso, las otras dos grandes novedades de este acuerdo es que ahora todos los obispos chinos están en comunión con Roma y que por primera vez Pekín reconoce que el sucesor de Pedro tiene una autoridad.
El acuerdo no es perfecto porque el Papa no tiene autonomía total en el nombramiento; pero es un buen resultado y aparentemente mejora la situación de los 12 millones de católicos chinos.