Hace cuatro meses todos los obispos chilenos pusieron sus cargos a disposición del Papa, y hoy Francisco ha tomado la palabra a dos de ellos.
Se trata de Cristián Enrique Contreras Molina (71), hasta ahora obispo de San Felipe. También Carlos Eduardo Pellegrín Barrera (60), hasta hoy obispo de San Bartolomé de Chillán.
Según medios de comunicación chilenos, ambos están siendo investigados por fiscales en Chile por encubrimiento de abusos y uno de ellos por posibles abusos cometidos en el pasado.
Es uno de los resultados de una investigación de los fiscales a todos los obispos y a sacerdotes y laicos del país.
Con estas dos, ya son siete el número de obispos chilenos que el Papa Francisco ha retirado.