Tras su encuentro con el Papa Francisco los obispos de Estados Unidos han aprobado un nueva sistema para recibir denuncias de abusos. Se trata de un grupo de medidas que implementarán para asegurar que todas las denuncias sean escuchadas y responder a los últimos escándalos.
La Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha puesto a disposición un teléfono y una web donde se recibirán confidencialmente denuncias de abuso sexual a menores y adultos por parte de obispos. Esas quejas serán llevadas ante las autoridades eclesiásticas y civiles.
Además, la Comisión de Asuntos Canónicos y Gobierno de la Iglesia publicará un código de conducta para que los obispos sepan qué hacer cuando llega una denuncia. También aprobarán un paquete de medidas dirigidas a los obispos que han sido apartados de sus cargos.
Por último, han encargado a un grupo de laicos abogados y con experiencia en servicios sociales que investiguen el caso de Theodore McCarrick.
La Conferencia Episcopal se compromete a pasar de la política del “miedo al escándalo” al de proteger a las víctimas.
Lo que pretenden es fomentar que “cualquiera que ha sufrido abusos nunca dude en ponerse en contacto con la policía local” y que si uno no se siente “a gusto con la ayuda que ofrece la Iglesia por cualquier motivo, que su diócesis pueda señalarla a otras organizaciones de ayuda”.