El Papa ha clausurado una cumbre organizada por el Vaticano a la que acudieron decenas de expertos y representantes religiosos de Oriente Medio. El tema que afrontaron es uno de los dramas más dolorosos de la actualidad:
“Estamos reunidos para un encuentro anual sobre la crisis en Siria, Irak y en los países de los alrededores”.
Desde Roma el Papa ha reiterado su petición a la Comunidad Internacional para que ayude a la castigada comunidad cristiana y a los miles de refugiados que han abandonado sus hogares por la guerra y la persecución.
FRANCISCO
“Como recordé en otras ocasiones, existe el riesgo de que la presencia cristiana se borre del lugar desde donde se expandió por el mundo la luz del Evangelio. No podemos cerrar los ojos ante las causas que han obligado a millones de personas a dejar, con dolor, la propia tierra”.
Entre los presentes estaba el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados Filippo Grandi.
Las Naciones Unidas ya lanzaron una alerta en julio advirtiendo que en el sur de Siria unas 270 mil personas habían sido obligadas a huir a causa de los movimientos de tropas.
En Irak la situación es delicada. A pesar de que más de 3 millones de personas han podido volver a sus casas la situación política es gravemente inestable.