Francisco ha retomado la Misa diaria en Casa Santa Marta. Esta mañana ha dicho que la actitud de Jesús ante quienes buscan sólo el escándalo y la división es el silencio y la oración.
FRANCISCO
“Expresar lo que sientes y luego callar. Porque la verdad es mansa, la verdad es silenciosa, la verdad no es ruidosa. No es fácil lo que hizo Jesús; pero muestra la dignidad del cristiano que se apoya en la fuerza de Dios. Con las personas que no tienen buena voluntad, con las personas que buscan sólo el escándalo, que buscan sólo la destrucción, también en las familias: silencio. Y oración”.
El Papa insistió en que como el diablo, que es el padre de la mentira, intenta “destruir la unidad de una familia o de un pueblo”, y hay que pedir ayuda a Dios para decidir cuándo hablar y cuándo callar.
RESUMEN DE LA HOMILÍA EN ESPAÑOL
(Fuente: Vatican Media)
“La verdad es suave, la verdad es silenciosa”, “con las personas que buscan solamente el escándalo, que buscan solamente la división”, el único camino a seguir es el del “silencio” y la “oración”.
El Papa comentaba la escena en la que Jesús es recibido con recelo en Nazaret. Dijo que sirve para “reflexionar sobre el modo de actuar en la vida cotidiana, cuando hay malentendidos” y entender “cómo el padre de la mentira, el acusador, el diablo, actúa para destruir la unidad de una familia, de un pueblo”.
Llegado a la sinagoga, Jesús es acogido por una gran curiosidad: todos quieren ver con sus propios ojos las grandes obras de las que fue capaz en otras tierras. Pero Él usa solo “la Palabra de Dios”, un hábito que adopta incluso cuando “quiere vencer al Diablo”.
Esta actitud de humildad deja espacio para la primera “palabra-puente”, una palabra que siembra “duda”, que conduce a un cambio de atmósfera, “de la paz a la guerra”, “del asombro a la indignación”. Con su “silencio” Jesús vence a los “perros salvajes”, vence “el diablo” que “había sembrado la mentira en el corazón”.
“No eran personas, eran una manada de perros salvajes que lo expulsaron de la ciudad. No razonaban, gritaban ... Jesús callaba. Lo llevaron al borde del monte para tirarlo abajo. Este pasaje del Evangelio termina así: “Pero Él, pasando entre ellos, comenzó a caminar”. La dignidad de Jesús: con su silencio vence ese mudo salvaje y se va. Porque todavía no había llegado la hora. Lo mismo sucederá el Viernes Santo: la gente que el Domingo de Ramos había celebrado la fiesta para Jesús y le dijo “Bendito seas, Hijo de David”, dijo “Crucifícalo”: habían cambiado. El diablo había sembrado la mentira en el corazón, y Jesús estaba en silencio”.
“Esto - dice el Papa - nos enseña que cuando existe esta manera de actuar, de no ver la verdad, permanece el silencio”. “El silencio que gana, pero a través de la Cruz. El silencio de Jesús. Pero cuantas veces en las familias empiezan las discusiones sobre política, sobre el deporte, sobre dinero y una y otra vez esas familias terminan destruidas, en estas discusiones en las cuales se ve que el diablo está allí que quiere destruir… silencio. Expresar lo que sientes y luego callar. Porque la verdad es mansa, la verdad es silenciosa, la verdad no es rumorosa. No es fácil lo que hizo Jesús; pero muestra la dignidad del cristiano que se apoya en la fuerza de Dios. Con las personas que no tienen buena voluntad, con las personas que buscan sólo el escándalo, que buscan sólo la destrucción, también en las familias: silencio. Y oración”.
“Que el Señor nos dé la gracia de discernir cuándo debemos hablar y cuándo debemos callar. Y esto en toda la vida: en el trabajo, en el hogar, en la sociedad ... en toda la vida. Así seremos más imitadores de Jesús”.