Francisco mantuvo un encuentro con los Oblatos de San José que acaban de concluir en Roma su décimo séptimo capítulo general.
Se trata de una orden fundada en 1878 en Asti, Italia, por San Giuseppe Marello Viale. La componen religiosos y sacerdotes que se dedican especialmente al ámbito educativo.
El Papa les animó a que no se aparten del ejemplo de humildad y trabajo de su fundador. Pero, sobre todo, Francisco les invitó a cultivar la obediencia al Papa, tal y como pedía San Giuseppe Marello.
FRANCISCO
“Los nuestros son tiempos de un creciente relativismo que socava la base del edificio de la fe y despoja de significado la misma idea de fidelidad cristiana. Es, por tanto, más que actual el mandato de vuestro fundador de ser, en todas partes, testigos del amor y de la fidelidad a Cristo y a su Iglesia”.
Francisco también reconoció el trabajo de los miembros de esta orden en el campo educativo, especialmente, con los jóvenes.
FRANCISCO
“De cara a una cultura superficial que exalta la posesión de bienes materiales y promete la felicidad mediante atajos peligrosos, vosotros no dejáis de animar a los jóvenes a atemperar el espíritu y a formarse una personalidad madura y fuerte además de tierna”.
Francisco aseguró a los Oblatos de San José que enseñar el Evangelio a los jóvenes es el mejor camino que existe para ayudarles a construir un futuro sólido.