Con frío, viento y lluvia pero también con todo el entusiasmo posible. Así recibieron al Papa miles de familias congregadas en el Phoenix Park de Dublín, uno de los más grandes de Europa. Incluso el papamóvil de Francisco llegó a tener dificultades para pasar entre los peregrinos.
Al comenzar la misa, y en español, el Papa quiso pedir perdón de nuevo a las víctimas de abusos de poder, de conciencia y sexuales cometidos por miembros de la Iglesia irlandesa.
FRANCISCO
“De manera especial, pedimos perdón por todos los abusos cometidos en diversos tipos de instituciones dirigidas por religiosos y religiosas y otros miembros de la Iglesia”. “Pedimos perdón por las veces que, como Iglesia, no hemos brindado a los sobrevivientes de este tipo de abusos compasión, búsqueda de justicia y verdad con acciones concretas. Pedimos perdón”.“Pedimos perdón por algunos miembros de la jerarquía que no se hicieron cargo de estas situaciones dolorosas y guardaron silencio. Pedimos perdón”.
Después, en su homilía, el Papa Francisco reflexionó sobre la misión de las familias como portadoras de la Buena Noticia.
FRANCISCO
“Vuestras familias son un lugar privilegiado y un importante medio para difundir esas palabras como “buena noticia” para todos, especialmente para aquellos que desean dejar el desierto y la “casa de esclavitud” para ir hacia la tierra prometida de la esperanza y de la libertad”.
Les pidió que no se desanimen ante las hostilidades, porque siempre habrá personas que se opongan al mensaje de Jesús.
FRANCISCO
“Incluso, reconozcamos humildemente que, si somos honestos con nosotros mismos, también nosotros podemos encontrar duras las enseñanzas de Jesús. Qué difícil es perdonar siempre a quienes nos hieren. Qué desafiante es acoger siempre al emigrante y al extranjero. Qué doloroso es soportar la desilusión, el rechazo o la traición. Qué incómodo es proteger los derechos de los más frágiles, de los que aún no han nacido o de los más ancianos, que parece que obstaculizan nuestro sentido de libertad”.
Por eso, Francisco invitó a las familias a apoyarse en los sacramentos para no caer en el desaliento y en la tentación de dejar de lado la fe. La Iglesia, dijo el Papa, está llamada a llevar a las periferias del mundo las palabras de vida eterna. Esa es la misión que en esta misa encomendó Francisco a todas estas familias.
Y antes de concluir, llegó el esperado anuncio: el lugar y la fecha del próximo Encuentro Mundial de las Familias. Así lo reveló el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
“Ahora, con gran alegría, anuncio al mundo entero que el Santo Padre ha decidido que el próximo Encuentro Mundial de las Familias será en Roma en el año 2021”.
Será la décima edición de esta cita mundial para las familias, unos encuentros que comenzaron precisamente en la Ciudad Eterna en 1994 de la mano de Juan Pablo II.