Tras una intensa jornada en Dublín, el Papa viajó hasta Knock para visitar el santuario al que peregrinan más de un millón y medio de personas cada año. Francisco recorrió las calles en papamóvil bajo un cielo plomizo y lluvioso que, sin embargo, no mermó el entusiasmo de quienes lo esperaban.
La alegría se transformó enseguida en recogimiento cuando el Papa entró en la capilla de las apariciones.
Allí depositó un ramo de flores a los pies de esta figura de la Virgen María y se sentó durante unos minutos para rezar. Al terminar, ofreció este rosario de oro al santuario como recuerdo de su visita.
Después el Papa presidió el rezo del ángelus en la explanada del santuario junto a cerca de 40.000 peregrinos. Francisco, en tono muy serio, explicó que había rezado ante la Virgen de Knock por las víctimas de los abusos sexuales cometidos por miembros del clero en Irlanda.
FRANCISCO
“Que la Virgen mire con misericordia a todos los miembros de la familia de su Hijo que sufren. Rezando delante de su imagen, le he encomendado de modo particular a todas las víctimas de abusos por parte de miembros de la Iglesia en Irlanda”.
El Papa además dijo que el deber de la Iglesia es buscar la reparación y la curación para todas las víctimas.
FRANCISCO
“Ninguno de nosotros puede dejar de conmoverse por las historias de los menores que han sufrido abusos, a quienes se les ha robado la inocencia y se les ha dejado una cicatriz de recuerdos dolorosos. Esta herida abierta nos desafía a que estemos firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y de la justicia. Imploro el perdón del Señor por estos pecados, por el escándalo y la traición sentida por tantos en la familia de Dios”.
La tarde anterior Francisco mantuvo un encuentro en privado con 8 víctimas de abusos. Les escuchó durante al menos una hora y media.
