No cabía un alfiler en la plaza de San Pedro, había unas 90.000 personas que recibieron así a Francisco.
El Papa clausuró el encuentro de jóvenes italianos que comenzó la tarde anterior en el Circo Massimo de Roma. Recorrió en papamovil la plaza de San Pedro y sus alrededores repartiendo saludos y bendiciones.
Después Francisco recordó a estos chicos y chicas que para ser buen cristiano no basta con no hacer el mal, es necesario combatirlo con actos de bondad. Por eso, les pidió que no sean tibios e indiferentes.
FRANCISCO
“Esta actitud es contraria al Evangelio y es contraria también a vuestro carácter, jóvenes, que por naturaleza sois dinámicos, apasionados y valientes. Recordad esto. Si lo recordáis podemos repetirlo juntos: “Es bueno no hacer el mal pero es malo no hacer el bien”. Esto lo decía San Alberto Hurtado”.
El Papa les invitó a ser protagonistas del bien, porque cada uno es culpable, dijo, del bien que podía hacer y no ha hecho.
FRANCISCO
“Si no nos oponemos al mal, lo alimentamos de forma tácita. Es necesario intervenir allí dónde el mal se extienda. Porque el mal se difunde donde faltan cristianos audaces que se opongan a él con el bien”.
Por eso, explicó que no basta con no odiar sino que hay que perdonar, o que no es suficiente no hablar mal de los demás sino que hay que parar las murmuraciones.
Después, y antes de marcharse, Francisco bendijo esta imagen de la Virgen de Loreto y el crucifijo de San Damián, dos objetos que los jóvenes italianos llevarán consigo a la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá en el 2019.