Cuando los Legionarios de Cristo adquirieron este terreno para edificar una iglesia y una casa de peregrinos jamás imaginaron que descubrirían un auténtico tesoro.
Es el pueblo de Magdala, de unos 4.000 habitantes según los arqueólogos, y de donde era originaria María Magdalena. Las excavaciones han sacado a la superficie, por el momento, el 20 por ciento del total. Entre otras cosas, se ha desenterrado el puerto, unos baños de purificación y el mercado desde el que se enviaba pescado incluso a Roma, según las crónicas del historiador Flavio Josefo.
Sin embargo, lo más importante de todo este descubrimiento es la sinagoga del siglo I, una de las siete que se sabe que existían en la época y quizá la más bella, decorada con mosaicos como estos.
P. JOSÉ FÉLIX ORTEGA
Vice Chargé Pontifical Institute Notre Dame of Jerusalem Center
“Nosotros como cristianos pensamos que esta es una de las sinagogas donde Jesús predicaba. El Evangelio nos habla de que Jesús recorría esta zona predicando en las sinagogas. No menciona Magdala pero es una de las sinagogas de la zona y una importante, por tanto, pensamos que aquí pudo estar Jesús. Es también importante para el pueblo de Israel, para el pueblo judío porque para ellos significa haber hallado una sinagoga del siglo I porque también les remite a sus raíces y a ver que aquí en el siglo I había un culto importante”.
La pieza clave del lugar es esta piedra, conocida como la piedra de Magdala, que tiene grabada la representación de la Menorá más antigua que se conoce. Es la piedra que se usaba para leer la Torá y en ella también aparecen elementos que evocan el Segundo Templo. La piedra de Magdala conecta de una forma única a cristianos y judíos en un lugar igualmente importante para ambos credos.
P. JOSÉ FÉLIX ORTEGA
Vice Chargé Pontifical Institute Notre Dame of Jerusalem Center
“Nosotros decimos que Magdala es un cruce entre la cultura judía y la cristiana porque hay un diálogo arqueológico y un diálogo también religioso a la vez. En el año 2017 tuvimos 135.000 visitantes en Magdala”. “El número 1 fueron de Norteamérica y el número 2 fueron visitantes de Israel, judíos. Para el pueblo judío tiene un valor muy importante y por eso están viniendo aquí a conocer estas excavaciones que no son solo importantes para nosotros los cristianos sino también para ellos”.
Magdala tiene un enorme valor artístico y arqueológico pero sobre todo es un símbolo de convivencia y diálogo entre cristianos y judíos en Tierra Santa, dos pueblos con una historia compartida llamados a compartir un mismo hogar.