El 3 de septiembre se cumplirá un año del motu proprio del Papa Francisco “Magnum Principium”. Con él modificó la manera de autorizar nuevas traducciones de textos litúrgicos.
A partir de él, los obispos tienen mayor responsabilidad.
PIERANGELO MURONI
Pontificio Ateneo Sant'Anselmo
“Los liturgistas lo consideran un documento muy importante porque introduce cambios, especialmente respecto a las traducciones de libros litúrgicos. El Papa quería restaurar cierta autoridad a las conferencias episcopales locales en la traducción de libros litúrgicos”.
Desde hace un año, cuando los textos oficiales en latín se tengan que traducir a cualquier idioma, la responsabilidad final será de los obispos y no del Vaticano. Es una descentralización hacia las Iglesias locales.
PIERANGELO MURONI
Pontificio Ateneo Sant'Anselmo
“Creo que está decisión del Papa, este motu propio, ha sido positiva para los obispos. Los obispos no solo hacen el trabajo de traducir, sino que tienen la responsabilidad de aprobar la traducción. Son sucesores de los apóstoles, así que tienen un papel particular en la Iglesia, también en su Magisterio”.
El documento estableció que el Vaticano no “reconoce” la traducción sino que la “confirma”. La Santa Sede ratifica que sus traducciones están en línea con la doctrina de la Iglesia y que no han malinterpretado su sentido real.
En definitiva, las riquezas litúrgicas que tiene la Iglesia universal desde tiempos de San Pedro, seguirán en buenas manos.