Para Giuseppe Petrocchi el anuncio de su nombramiento como cardenal fue totalmente inesperado. Confiesa que no sabe por qué Francisco lo ha elegido cardenal aunque lo intuye.
CARD. GIUSEPPE PETROCCHI
Arzobispo de L'Aquila (Italia)
“Había administrado la confirmación a un grupo de chicos. Entonces vino un anciano lleno de emoción. Me dijo que había escuchado mi nombre en la televisión, el Papa lo había citado entre los 14 nuevos cardenales. Yo pensaba que estaba bromeando porque yo no sabía nada así que le seguí la broma”.
El caso es que Giuseppe Petrocchi está muy ligado a las zonas afectadas por un desgarrador sufrimiento: el de los terremotos que entre 2009 y 2016 se cobraron la vida de más de 600 italianos.
Nació en Ascoli, la ciudad que presenció el doloroso entierro de las víctimas del devastador terremoto de Amatrice. En la actualidad es obispo de L'Aquila. Esta zona todavía hoy se está recuperando del peor terremoto que asoló el país en los últimos años y que dejó 300 víctimas mortales.
El contacto con los afectados le ha transmitido un mensaje que ahora traerá a la Curia: escuchar.
CARD. GIUSEPPE PETROCCHI
Arzobispo de L'Aquila (Italia)
“Intentar escuchar mejor. Actuar de modo que se pueda decir lo que pasa. Esto ayuda a entender mejor qué hay detrás de cada evento. Creo que necesitamos la sensibilidad del samaritano. Esta no consiste solo en hacer cosas por los demás sino en hacerse cargo de la situación del otro”.
Quizás Francisco lo ha elegido porque sus modos de pensar conectan a la perfección. Porque Francisco demostró cercanía ante el sufrimiento de los italianos cuando la inesperada tragedia llamó a las puertas de sus casas. Lo hizo ante los afectados de Carpi y Amatrice.
FRANCISCO
“No cedamos a la lógica inútil del miedo al repetir con resignación que todo va mal y nada es como antes”.
“Recomenzar, sí pero recomenzar sin perder la capacidad de soñar, soñar con recuperarse, tener la osadía de soñar una vez más”.
El arzobispo Giuseppe Petrocchi se convierte en cardenal y llega a Roma cargado con una maleta llena de historias: las historias de las vidas que se intentan reconstruir tras el dolor. De esta forma pretende seguir al pie de la letra su lema episcopal: “Antes que nada la caridad”.