Salwa tiene 20 años y es una de las supervivientes del genocidio contra los yazidíes en Irak. En 2014 fue secuestrada y esclavizada por el ISIS durante cinco meses. Se escapó y regresó a casa, y ahora recorre el mundo para explicar la terrible situación de las minorías étnicas y religiosas en Oriente Medio.
Por eso, intervino en este encuentro en Roma en sobre libertad religiosa. Allí pidió a los gobiernos que no se conformen con proporcionar refugio a quienes escapan de sus países, sino que trabajen para que las personas puedan regresar y vivir pacíficamente en sus tierras.
SALWA KHALAF RASHO
Activista Yazidí
“Necesitamos leyes que prevengan la persecución de las minorías. Hace falta una legislación para proteger a estos grupos”.
Los yazidíes son una de las más antiguas religiones de Irak. Históricamente ha sido un grupo oprimido y en los últimos años las persecuciones han empeorado. Desde 2014, el ISIS y otros extremistas han intensificado los homicidios y el secuestro de yazidíes para hacerlos esclavos. Por eso muchos han escapado.
El Papa ha denunciado la opresión contra esta minoría y la expulsión de sus tierras. Y muchos otros líderes mundiales los han apoyado.
SALWA KHALAF RASHO
Activista Yazidí
“Hemos visto muchos apoyos verbales, pero pocas acciones concretas. Puede que se hayan hecho algunas cosas, pero no es suficiente. No vemos resultados en el terreno. Esperamos que en el futuro se haga más por nosotros”.
En los últimos años, decenas de miles de hogares han sido destruidos y cientos de miles de personas han tenido que escapar de la tierra de Salwa, la meseta de Nínive. Por eso, esta mujer yazidí seguirá trabajando hasta conseguir que la región sea una zona segura para su pueblo y para cualquier minoría.