Cada vez más venezolanos llegan a Trinidad y Tobago en busca de asilo, y la comunidad católica “Living Water” no se queda de brazos cruzados ante su dramática situación. Este movimiento católico de laicos está en islas del Caribe, como Barbados, St. Lucia, Dominica y Trinidad y Tobago.
RHONDA MAINGOT
Co-Fundadora de la Comunidad “Living Water”
“La misión de nuestra comunidad, es amar y enseñar al mundo a amar. Por eso tenemos tanto grupos de ayuda en Trinidad para los pobres, los que no tienen hogar, para los niños abandonados y para jóvenes de la calle con sida. Tenemos muchas iniciativas de ayuda a los que atraviesan gran necesidad”.
Sus iniciativas incluyen comedores sociales y escuelas, donde atienden a más de 300 niños. Cada parroquia en Trinidad y Tobago tiene una comunidad de misioneros, para ayudar a quien lo necesite en toda la isla.
RHONDA MAINGOT
Co-Fundadora de la Comunidad “Living Water”
“Por desgracia en Trinidad y Tobago no hay una ley para refugiados e inmigrantes. Es muy difícil que consigan ayuda en Trinidad. Pero como siguen viniendo mucha gente, y familias y niños, hemos hecho pequeñas escuelas para ayudarlos, sobre todo para que aprendan el idioma quienes vienen de Venezuela y Cuba”.
La comunidad fue fundada en 1970 por Rhonda Maingot y Rosemary Scott, después de que Rhonda atravesara una intensa experiencia espiritual.
RHONDA MAINGOT
Co-Fundadora de la Comunidad “Living Water”
“Un amigo me llevó a una reunión y yo tenía una fuerte migraña, le dije al Señor sin estar segura de si existía, 'Señor si existes, tal vez puedas curarme'. Y ese fue el fin de mis dolores de cabeza. Desde ese día, nunca más tuve migrañas. El Señor me curó inmediatamente. A la mañana siguiente, me desperté y supe que buscaría a este Dios que me había buscado y que había capturado mi corazón”.
Desde entonces sigue buscando a Dios a través de las personas que tiene alrededor, ahora, muy especialmente a través de los pobres y refugiados que llegan a su país en busca de ayuda.