Los refugiados y migrantes se han convertido en una de las grandes patatas calientes de los gobiernos occidentales.
Mientras en Estados Unidos Donald Trump pretende levantar un muro con México, en Europa la tensión crece en las fronteras de Italia, Alemania o Austria. El nuevo gobierno italiano no permite que los barcos de ONG atraquen en sus puertos. Les acusa de cooperar con los traficantes, que se lucran a costa de los refugiados.
“Dad un rodeo. Las puertas italianas ni las veis. Dad un rodeo”.
En esta situación fue especialmente simbólica la Misa de Francisco en Roma para recordar a los refugiados y migrantes que murieron en el mar.
Durante su homilía el Papa realizó un gesto inusual de reconocimiento. Se dirigió en castellano a refugiados y al grupo de socorristas españoles que desde hace años trabajan en el Mediterráneo en tareas de rescate.
FRANCISCO
“Quiero expresar mi agradecimiento por encarnar hoy la parábola del Buen Samaritano, quien se detuvo a salvar la vida del pobre hombre golpeado por los bandidos, sin preguntarle cuál era su procedencia, sus razones de viaje o sus documentos...: simplemente decidió de hacerse cargo y de salvar su vida”.
Uno de los que le escuchaba es Óscar Camps, fundador de Proactiva Open Arms. La ONG de socorristas comenzó salvando refugiados que viajaban de Turquía a Grecia. Ahora trabaja frente a las costas de Libia.
ÓSCAR CAMPS
Proactiva Open Arms
“El Papa hoy decía que tenemos que conseguir el coraje de la verdad y el respeto por cada vida humana que crezca en cada uno de nosotros. No creo que el problema de esta crisis migratoria sean tres ONG que intentan salvar vidas en aguas internacionales”.
Si para muchos Europa es la puerta a una nueva vida llena de oportunidades para muchos otros es la Tierra Prometida en la que nunca pondrán los pies. En lo que va de 2018 más 1.000 fallecieron ahogados en el mar. Ya son más de 10.000 muertes en el Mediterráneo desde 2015.