Durante el mes de julio, Francisco pide que se rece por los sacerdotes, especialmente aquellos que están solos y cansados.
El Papa dice que “los sacerdotes, con sus virtudes, con sus defectos, desarrollan su labor en tantos campos”. Y explica que “ante tantos frentes abiertos no se pueden quedar parados después de una desilusión. En estos momentos es bueno que recuerden que la gente quiere a sus pastores, los necesita, confía en ellos”.
Por eso, pide a los cristianos que recen para que los sacerdotes que experimentan soledad y fatiga en su labor, “se sientan ayudados y confortados por la amistad con el Señor y con los hermanos”.