El 20 de mayo el Papa dio a conocer la lista de los nuevos cardenales. Entre ellos, Francisco incluyó al patriarca caldeo Louis Raphael Sako.
La Iglesia de Irak ha celebrado este nombramiento como un signo de cercanía de parte de Francisco hacia unos cristianos que llevan años sufriendo todo tipo de dificultades.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca de la Iglesia caldea, Irak
“Este nombramiento significa una presencia del Papa en este país, que ha sufrido tanto, entre los cristianos iraquíes que han sufrido tanto. Expresa así su cercanía a estas personas, su solidaridad, les dice que no están olvidados. Ha construido un puente”.
En un Irak devastado por las guerras y el paso del autodenominado Estado Islámico, las heridas están cicatrizando poco a poco. Tan importante como reconstruir las infraestructuras arrasadas es restaurar la convivencia perdida. Noticias como el nombramiento como cardenal del Patriarca Sako han sido un regalo para todo el país, no solo para los cristianos.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca de la Iglesia caldea, Irak
“Los musulmanes han recibido esta noticia como un regalo para Irak, como un gesto de apoyo para Irak. Significa que así también Irak está presente en la Iglesia católica universal de forma que ahora cuente Irak”.
Y como imagen del esfuerzo por recuperar la convivencia, esta: El patriarca compartiendo la cena de final de Ramadán con sus vecinos musulmanes.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca de la Iglesia caldea, Irak
“Han hablado de una forma distinta cuando la Iglesia iraquí les ha ofrecido la cena. Se han dado cuenta de nuestro aprecio por ellos, por su ayuno, por su religión. Nosotros les respetamos y esto ayuda mucho a la convivencia”.
Pero aún hay pasos que dar como separar definitivamente la religión del estado o dar su lugar en la sociedad a los cristianos iraquíes, no considerarlos ciudadanos de segunda.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca de la Iglesia caldea, Irak
“El futuro de los cristianos será mejor. La paz llegará porque ninguna guerra ha durado para siempre, ¿no? La libertad religiosa también llegará y la gente tendrá la posibilidad de pensar libremente y de elegir su propia religión”.
El Patriarca se ha convertido en cardenal para una Iglesia mermada pero no vencida. Aunque quedan menos de la mitad de cristianos que hace una década, los que permanecen en Irak no están dispuestos a abandonar la tierra que les pertenece desde los tiempos de Abraham.