Uno de los diplomáticos de mayor recorrido en el Vaticano es Angelo Becciu. Proveniente de un pequeño pueblo de Cerdeña, en Italia, nunca se había imaginado que un día llegaría a ser nombrado cardenal.
CARD. ANGELO BECCIU
“Entré en el seminario porque de pequeño soñaba con ser sacerdote. Me gustaba lo que hacen los sacerdotes, cómo ayudaban los jóvenes sacerdotes en nuestras parroquias. Luego en el seminario uno crece y llega el momento de crisis. ¿Debo continuar o no? Te das cuenta de qué quiere decir ser sacerdote. Quiere decir renunciar a tu vida”.
Angelo Becciu trabajó en muchas nunciaturas de la Santa Sede. Desde la de Estados Unidos o Francia hasta la de República Centroafricana o Sudán. Fue nuncio en Angola y Cuba. En 2011 volvió a Roma para ocupar el cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado. Durante este tiempo vivió algunos momentos difíciles como el caso Vatileaks.
Días antes del Consistorio en el que fue nombrado cardenal confesó que ese fue uno de los momentos más duros. También reflexionó sobre la reforma de Curia.
CARD. ANGELO BECCIU
“Me parece que el C9 ha dado instrucciones para que se elabore la Constitución apostólica que sostenga toda la reforma. Es todavía pronto para dar un juicio sobre ella porque todavía no está terminada”.
En 2017 Angelo Becciu fue nombrado delegado del Papa para ayudar a poner orden en la crisis interna de la Orden de Malta, una de las mayores organizaciones católicas humanitarias.
Ahora se prepara para dejar la Secretaría de Estado para ponerse al frente del dicasterio vaticano que está más cerca del Cielo: la Congregación para las Causas de los Santos.
