La fuerte erupción del volcán Fuego el pasado domingo en Guatemala se ha cobrado la vida de casi 70 personas y el recuento aún no ha finalizado.
Hay varias zonas del sur del país a las que aún no han podido acceder los equipos de rescate.
Se estima que la erupción, la más violenta desde 1974, afectó, en mayor o menor medida, a más de un millón y medio de guatemaltecos.
Ante semejante tragedia, Francisco ha enviado un telegrama en el que reconoce estar “profundamente apenado” y lamenta la magnitud de las pérdidas humanas y materiales. El Papa también asegura que reza por el “eterno descanso de los fallecidos” y por “todos los que sufren las consecuencias de este desastre natural”.
Por último, Francisco envía sus condolencias a todos los familiares de quienes han perdido la vida, y a los heridos y a quienes les auxilian expresa toda “su cercanía espiritual”.