El Papa mantuvo este encuentro con una delegación de la Iglesia evangélica luterana procedente de Alemania. El obispo Gerhard Ulrich le saludó con una gran sonrisa y, a continuación, le presentó a su esposa.
Luego pronunció un largo saludo en el que repasó algunos hitos del diálogo entre católicos y luteranos como el documento “Del conflicto a la comunión”.
Francisco, por su parte, recordó otro momento decisivo, la conmemoración en Lund de los 500 años de la Reforma.
FRANCISCO
“El 31 de octubre nos encontramos en Lund para transformar, en espíritu de comunión fraterna, aquello que, por las heridas del pasado, podría haber suscitado polémicas y odios”.
El Papa explicó que, en primer lugar, católicos y luteranos están llamados a amarse. También insistió en que ningún diálogo ecuménico puede avanzar si cada una de las partes se queda quieta y recordó que no se puede ser elitista en este diálogo.
Para terminar el encuentro, todos juntos en pie rezaron unos instantes antes de despedirse.