FRANCISCO
9 de julio, 2015
“Esa economía mata. Esa economía excluye”.
Tras escuchar contundentes declaraciones como esta, algunos han llamado a Francisco “comunista”. Sin embargo, expertos en comunicación como Michele Zanzucchi sostienen que ese tipo de etiquetas en el caso del Papa son erróneas.
MICHELE ZANZUCCHI
Autor de “Poder y Dinero. La justicia social según Bergoglio”
“El pensamiento de Bergoglio es radicalmente evangélico. Se funda en el Evangelio de los pobres. Sus declaraciones no son, digamos, sociológicas, son siempre declaraciones evangélicas, teológicas. Esto no hay que olvidarlo nunca”.
De hecho, Francisco ha escrito el prefacio de su libro “Poder y Dinero. La justicia social según Bergoglio”.
MICHELE ZANZUCCHI
Autor de “Poder y Dinero. La justicia social según Bergoglio”
“Le dije que tenía interés en desarrollar su pensamiento sobre el poder y el dinero, sobre los mecanismos de las finanzas que a nivel internacional influyen en la opinión pública de todo el mundo. El Papa me dijo: me interesa mucho esto, adelante. Te doy todas mis bendiciones. FLASH En este prefacio añade una cosa con respecto a todas las que dijo en sus discursos: dice que es importante introducir las virtudes teologales en la vida económica. Es decir, que la esperanza, la caridad y la fe son un modelo que puede y debe funcionar también en la economía”.
Michele Zanzucchi explica que el pensamiento económico y social del Papa choca de lleno contra la peor cara de la globalización: la que reduce a las personas en consumidores de bienes que beneficiarán a unos pocos cuyo único interés es enriquecerse.
MICHELE ZANZUCCHI
Autor de “Poder y Dinero. La justicia social según Bergoglio”
“Es necesario entender que la globalización, mediante el control de los mecanismos del poder político y económico, condiciona nuestras conciencias y por eso el Papa dice: cuidado. Hay que ir con cuidado y no dejarse manipular”.
FRANCISCO
26 de septiembre, 2015
“La globalización no es mala. Si una globalización pretende igualar a todos, como si fuera una esfera, esa globalización destruye la riqueza y la particularidad de cada persona y de cada pueblo”.
Francisco mira con preocupación las paradojas de la globalización: un mundo más conectado que en lugar de mejorar las oportunidades de los más débiles se aprovecha de ellos para beneficiar a unos pocos.