Jerusalén es la ciudad tres veces santa. No importa la época del año que sea ni tampoco si el frío o el calor hacen acto de presencia. Desde hace siglos atrae a multitudes que la consideran la cuna espiritual de su fe. Y así ha visto pasar el tiempo, las civilizaciones, las guerras y las tensiones políticas que hasta el día de hoy han intentado dividirla o apoderarse de ella.
Desde el Monte de los Olivos hasta el Santo Sepulcro, sus calles están llenas de peregrinos. Es un lugar en el que conviven tres grandes culturas y donde cada uno de sus visitantes logra encontrar lo que está buscando.
MONS. RAMÓN ARGÜELLES
Arz. Emérito de Batangas (Filipinas)
“Cuando vienes aquí... crece tu fe”.
MARINA SORIANO
Peregrina
“Es indescriptible para mí estar aquí. Es un sueño hecho realidad. Siempre soñé con venir y caminar por donde Jesús caminó porque siento muy cercanos a Jesús y a la Virgen María. Así que quería realmente vivir esta experiencia de vivir donde Jesús y María vivieron”.
JOY GOEL
Peregrina
“Me siento tan bendecida. Tuve cáncer de mama el año pasado y recibí tratamiento pero quería venir aquí, a la tierra de nuestro Señor. Todavía rezo para curarme por completo. Siento su presencia y la presencia de la Virgen aquí y estoy muy agradecida por estar aquí”.
Peregrinos y locales aseguran que Jerusalén es una ciudad segura en la que todos caben y que no cierra las puertas a nadie.
MARÍA LAURA DOMÍNGUEZ
Peregrina
“No he tenido ninguna sensación de peligro. Todo lo contrario. Acá me he sentido cómoda, segura, mucho más segura que en Argentina”.
JONATAN SCHANAPP
Guía turístico
“Lo absurdo es que este lugar tendría que ser el centro de la paz y no el centro de la guerra. Es un lugar tan importante para todas las religiones y todos podemos convivir. En realidad la gente convive. La política es lo que crea los conflictos”.
Para los comerciantes, -cristianos, judíos y musulmanes-, es de vital importancia que sigan llegando peregrinaciones. Así podrán labrarse un futuro en su propia tierra.
BAZEL
Comerciante
“Tienen que venir muchos peregrinos porque es un lugar muy importante y también es importante por todo el país porque el turismo es una parte muy importante de la economía del país”.
Un país al que cada vez están llegando más inmigrantes. Sobre todo en la zona de la costa como Yafo, junto a Tel Aviv. Su presencia se suma al ya de por sí difícil desafío de hacer que la tierra de Jesús sea realmente la tierra de todos.
El padre Apolinary es polaco y desde hace 26 años vive en Tierra Santa. Lejos de perder cualquier esperanza, su experiencia es que la paz es posible.
P. APOLINARY SZWED
“Creo que podemos vivir todos juntos en paz. Hace falta dar pequeños pasos. Yo, por ejemplo, puedo hacerlo con mi vecino, no con todos porque no puedo llegar a todos. Creo que la experiencia de cada uno de nosotros aquí nos dice que es posible. Si puedo ser cercano a uno significa que los demás también pueden hacer lo mismo, pero es necesario hacerlo”.
Solo de esta forma será posible un futuro de paz y convivencia para la Ciudad Santa que incluya a todos sus habitantes y a los que peregrinan hasta ella buscando las raíces de su fe.