Para los obispos de Taiwán fue su primer encuentro con Francisco. Vinieron con motivo de la visita Ad Limina y lo saludaron con emoción.
“Soy el obispo Philip Huang, de la diócesis de Hwalien. Encantado de conocerle”.
Alguno de ellos aprovechó la ocasión para entregarle regalos.
“Su Santidad, encantado de conocerle. Soy John Lee, de la diócesis de Hsinchu”.
Después el Papa se sentó entre los siete obispos. Entre los temas que afrontaron estaba el próximo Congreso Eucarístico que habrá en Taiwán en 2019.
Los obispos entregaron a Francisco dos regalos. El primero fue una obra de porcelana inspirada en Giuseppe Castiglione, el misionero italiano que trabajó en la corte de la dinastía Qing. El otro regalo era una pintura hecha por el artista de Taiwán Shen Chen.
En la reunión probablemente afrontaron temas como el estado de las relaciones entre el Vaticano y Pekín. Francisco está interesado en mejorar las relaciones aunque deberá evaluar los daños colaterales.
Mejorar la situación con China podría entorpecer las buenas relaciones que hasta ahora el Vaticano mantiene con Taiwán.
