Los familiares de los 32 nuevos reclutas de la Guardia Suiza recibieron así al Papa en la Sala Clementina. Desde hace pocos meses trabajan en el Vaticano para proteger a Francisco.
El Papa les dio la bienvenida y les recordó las cualidades que deben demostrar.
FRANCISCO
“Vivir con coherencia la fe católica; perseverar en la amistad con Jesús y en el amor a la Iglesia; ser alegres y diligentes en las grandes y en las pequeñas y humildes tareas diarias; valor y paciencia, generosidad y solidaridad con todos”.
Como prestarán juramento el domingo, les acompañan sus familiares. El Papa los saludó uno a uno. Y algunas madres se emocionaron visiblemente.
No es fácil ser guardia suizo. Los candidatos deben ser suizos, católicos, menores de 30 años y tener experiencia militar.
Como se encargan de controlar el acceso al Vaticano y están siempre presentes en encuentros de gran envergadura, los guardias suizos son como la “tarjeta de presentación” del Papa.
TANGUY ACKERMANN
“Para mí, es un gran honor trabajar para el Papa. Para nosotros, suizos, es una gran misión”.
LUCA MANCARELLA
“Es un acto con el que nos comprometemos a obedecer, a proteger, a hacer lo que se nos pida para custodiar al Santo Padre. El juramento, jurar con lealtad y sinceridad, es muy especial”.
La Guardia Suiza lleva más de 500 años protegiendo a los pontífices. El Papa Julio II los seleccionó en 1506 por su reputación de ser valientes, nobles y leales.
La novedad de este año es que llevan un casco renovado y modernizado. Hecho de PVC e imprimido en 3D, es más ligero y no se calentará demasiado cuando el guardia suizo lo lleve bajo el sol de Roma.