Francisco comenzó el mes dedicado a la Virgen María visitando el santuario del Divino Amore, en el sur de Roma. Ante la imagen de la Virgen del Milagro rezó el rosario por la paz en Siria.
El Papa estaba en silencio y visiblemente concentrado.
Después bendijo la pequeña imagen de la Virgen, que en la zona tiene fama de milagrosa, y regaló este cáliz al Santuario como recuerdo de la visita.
Tras el rosario el Papa saludó a 24 ancianos y a decenas de niños que son cuidados por las religiosas que viven en el santuario.
Los niños entregaron al Papa muchos dibujos. Esperaban la visita con entusiasmo y se notó a juzgar por los continuos gestos de afecto que tuvieron con Francisco.
Después el Papa fue a saludar a los cientos de peregrinos que le esperaban fuera y rezaron el juntos el Ave María.
FRANCISCO
“Muchas gracias. Ahora querría daros la bendición. Recemos juntos a la Virgen. Ave María... Os bendiga Dios Omnipotente, Padre, Hijo, Espíritu Santo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buenas tardes”.
Antes de despedirse regresó a Roma en este Ford Focus. Fue la primera vez que Francisco visita este Santuario cuya historia se remonta a mediados del siglo XVIII. La devoción a esta advocación de la Virgen creció cuando se le atribuyó la salvación de un peregrino que estaba sufriendo el ataque de una jauría de perros.