A medida que el conflicto en la República Democrática del Congo se prolonga, la Iglesia católica continúa siendo una voz activa en las manifestaciones por la justicia y la paz.
Ya sea participando en protestas pacíficas o brindando servicios de ayuda, el hermano Miguel Ángel Niño del Portillo y sus compañeros Misioneros Combonianos del Sagrado Corazón están experimentando la situación muy de cerca. Con su trabajo quieren arrojar luz sobre la compleja realidad de la nación.
P. MIGUEL ÁNGEL NIÑO DEL PORTILLO
Misionero, Republica Democrática del Congo
“El objetivo de la Iglesia, al menos, es sensibilizar a la gente que son ciudadanos. La Republica Democrática del Congo – el mismo nombre que dicen, 'democrática' – pero hay muy poca democracia. Estamos intentando sensibilizar a la gente, esa es la cosa”.
En un pequeño centro en la parte nororiental de la República, él y sus compañeros trabajan para ayudar a los ciudadanos. Uno de ellos cede les proporciona un local para que los residentes se reúnan y sean escuchados por sus compañeros.
P. MIGUEL ÁNGEL NIÑO DEL PORTILLO
Misionero, Republica Democrática del Congo
'La parte humana... que sean veramente hombres y nada mas, que haya uniones entre catolicos y protestantes o otras sectas para formar el pueblo”.
Mientras que el gobierno congoleño se niega a reconocer la protesta pública por el cambio, él cree que el resultado del trabajo de los misioneros no se debe reducir a cosas materiales.
P. MIGUEL ÁNGEL NIÑO DEL PORTILLO
Misionero, Republica Democrática del Congo
“Escuchar... hay que escuchar a las personas. Cuando se escucha a las personas, estamos intentando ayudarles a lo que ellos te indican.”
El pueblo congoleño continúa viviendo en un estado de violencia y opresión, pero gracias a los centros de la Iglesia y a personas como el padre Miguel, pueden encontrar un refugio seguro para sus voces.