El próximo 7 de julio Francisco viajará a Bari, en el sur de Italia.
En esta ciudad costera Francisco quiere rezar por la dramática situación que atraviesan millones de personas en un Oriente Medio herido por las guerras, el integrismo y la persecución religiosa.
Para ello, ha convocado, en un encuentro ecuménico de oración, a los líderes de las comunidades cristianas de la región, tanto católicos como no católicos.
La ciudad de Bari es especialmente simbólica porque allí se conservan las reliquias de San Nicolás, santo que representa un puente entre Oriente y Occidente, muy venerado y querido también en Rusia.
Quizá el común interés por la paz en Oriente Medio y San Nicolás puedan ser los artífices de un nuevo encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca de Moscú Kiril, esta vez, en Bari.