Algunas zonas de Siria vuelven muy poco a poco a renacer de sus propias cenizas. Es lo que ha sucedido con la ciudad de Alepo. Pero la guerra parece lejos de terminar. Siete años de conflicto se han cobrado la vida de medio millón de personas, han dejado 3 millones de heridos y mutilados y han producido casi 6 millones de refugiados. Y el desastre continúa.
MONS. BOUTROS MARAYATI
Arzobispo armenio-católico de Alepo, Siria
“Hemos vivido momentos difíciles pero lo que queremos decir hoy a todos es “ayudadnos a permanecer en Siria”, queremos quedarnos. Muchas personas se han ido, la mitad de nuestra gente se ha ido, pero nosotros estamos allí. Como dice el Papa, Oriente Medio no se puede vaciar de cristianos y por eso nos quedamos. Pero no podemos hacerlo sin la ayuda material y la oración de otras personas”.
Monseñor Boutros Marayati es el arzobispo armenio-católico de Alepo, una ciudad que ha estado partida en dos durante 4 años. El barrio armenio fue uno de los primeros en ser alcanzados por las bombas y los morteros.
La catedral quedó hecha añicos y también la escuela. Monseñor Marayati muestra orgulloso las fotos que testimonian la vuelta a la normalidad. Primero se ha reconstruido la escuela donde por fin, los niños han visto la luz del sol tras 5 años estudiando en un sótano para no ser alcanzados por las explosiones.
MONS. BOUTROS MARAYATI
Arzobispo armenio-católico de Alepo, Siria
“En la escuela que hemos reabierto hay niños que tienen 6 o 7 años y que han nacido durante la guerra. Tienen un gran trauma psicológico, No saben lo que es la electricidad, el agua corriente o tener calefacción en el colegio. Estos niños tienen un gran trauma. Les ayudamos a superarlo con psicólogos y también contribuyen las religiosas. No solo les hacemos estudiar. Les ofrecemos también una educación religiosa y cívica porque solo han conocido la guerra”.
En este patio de la guardería cayeron también las bombas. Por suerte, ese día no había ningún niño. Estas son las fotos del antes y del después...
La ciudad se recupera a muy lentamente pero sigue habiendo mucha necesidad después de años de combates. De los 23 millones de habitantes de Siria, el 70 por ciento vive bajo el umbral de la pobreza. Una situación que comparten cristianos y musulmanes.
MONS. BOUTROS MARAYATI
Arzobispo armenio-católico de Alepo, Siria
“Hay una bonita convivencia en Alepo, en nuestros barrios. Primero entre cristianos ortodoxos, protestantes y católicos y trabajamos juntos en temas caritativos; pero hay también una bonita cooperación y solidaridad con los musulmanes, porque estamos juntos, vivimos juntos, vamos juntos a la escuela, a la universidad, a los mismos hospitales. No hay diferencia entre cristianos y musulmanes. Si tienes una necesidad, tú eres mi hermano”.
Monseñor Marayati define a los sirios como “mártires vivos”. En Siria solo desean una paz que no sea obra de más bombas y que termine la guerra mundial que se está desarrollando en su tierra. Por eso piden oraciones, cordura a los gobernantes y, sobre todo, que el mundo no les olvide.