Según Amnistía Internacional, cada nueve horas se aplica una pena de muerte. A pesar de todo, según su informe anual, el número de ejecuciones está disminuyendo.
Durante 2017 se registraron 993 ejecuciones en 23 países, un 39 por ciento menos que en 2015. Además, el número de países que han abolido la pena de muerte subió a 142.
El 84 por ciento de las ejecuciones declaradas se produjeron en cuatro países: Irán, Arabia Saudita, Irak y Pakistán. Sin embargo, China y Vietnam no han rebelado el número de sus ejecuciones.
Como fuerte defensor de la dignidad humana, el Papa se ha pronunciado contra la pena de muerte. El año pasado cambió el Catecismo para explicar que en ningún caso está justificada la pena capital.
FRANCISCO
11 de octubre de 2017
“Por muy grave que sea el delito cometido, la pena de muerte es inadmisible porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”.
Actualmente más de 21.000 personas en todo el mundo están a la espera de ser ejecutadas. Por lo que parece, hay mucho trabajo que hacer para proteger la vida.