La llama ya no es solo un animal del Perú. También en los Alpes italianos se puede admirar y conocer este animal tan característico.
El caso es que hace 22 años Walter decidió ganarse la vida criando llamas y parece que mal del todo no le va. Un día decidió con sus dos amigos, Thomas y Thomas, realizar una empresa particular: recorrer los 1.000 kilómetros que separan Bolzano, su tierra, del Vaticano.
Atravesaron medio país en seis semanas acompañados, lógicamente, por tres de sus mejores ejemplares: Bufón, Luigi y Tiento. Su presencia en la Ciudad Eterna no pasó desapercibida.
THOMAS BURGER
“Tuvimos esta idea hace años y ahora, finalmente lo pude hacer gracias a que pedí un año sabático”.
THOMAS MOHR
“Llevamos con nosotros la tienda de campaña pero al llegar la noche y descender la temperatura a los -12º no se podía dormir fuera. Además no paraba de llover. B ROLL. Se escupen entre ellas. Esta es una pregunta que siempre hacen. No. No escupen a la gente pero entre ellas se pelean entonces se escupen. Se muerden y escupen”.
En el Vaticano pudieron vivir esta experiencia inigualable: saludar al Papa. Fueron el centro de todas las miradas.
THOMAS BURGER
“Bajó del papamóvil, le dimos la mano... Una impresión fortísima”.
WALTER MAIR
“Fue un encuentro, de verdad... dar la mano al Papa, después le dimos nuestros regalos: un solideo, calcetines hechos con lana de llama. Luego nos dijo: rezad por mí. Fue algo... emocionante”.
Además el camino que realizaron a pie junto a las llamas tiene una particularidad: es la Via Romea, la que utilizaban los peregrinos venidos de Centroeuropa.
Los tres peregrinos vuelven a casa tras una experiencia singular, aunque posiblemente no vuelvan a recorrer los 1.000 kilómetros a pie. Para volver probablemente buscarán otros medios.
