“Santidad, encantada. Regina Coeli le saluda. Gracias por este regalo. Gracias”.
Con este saludo de la directora de la prisión fue recibido Francisco en el centro penitenciario Regina Coeli.
El Papa escogió esta cárcel de Roma para celebrar la Misa de la Cena del Señor, una ceremonia que incluye el rito del lavatorio de los pies. Francisco quiso explicar primero el significado de este gesto.
FRANCISCO
“A la entrada de la casa estaban los esclavos que eran los que lavaban los pies. Era una labor de los esclavos. Pero era un servicio, un servicio hecho por los esclavos. Y Jesús quiere hacer este servicio para darnos un ejemplo de cómo servirnos los unos a los otros”.
También les dijo que el gesto que Jesús tuvo con sus apóstoles es el mismo que ellos han recibido durante esta ceremonia del Jueves Santo.
FRANCISCO
“La señal de que Jesús nos sirve hoy aquí, en Regina Coeli, es que ha querido elegir a 12 de vosotros, como a los 12 apóstoles, para lavaros los pies”.
Después Francisco, toalla en mano, se agachó para llevar a cabo el rito del lavatorio de los pies, el mismo gesto del que vino a servir y no a ser servido. En el día del amor fraterno, el Papa lavó los pies de estos 12 hombres: ocho católicos, dos musulmanes, uno ortodoxo y uno budista.