“Santo Padre”.
“Un gusto”.
“Dios me lo bendiga. Le hago la entrega de mis cartas credenciales y el retiro de mi antecesor”.
“Muchas gracias”.
“Qué ilusión”.
La nueva embajadora de Nicaragua, Esther Margarita Carballo, entregó al Papa sus cartas credenciales y presentó a su familia durante su primer encuentro.
Entre los regalos que llevó a Francisco no pasó desapercibida esta hamaca:
“Viene personalizada. Solo usted se puede acostar ahí”.
“Muchas gracias”.
Se podría decir que es una diplomática muy en línea con el pensamiento ecológico del Papa. Es bióloga. Tiene 64 años y tiene una larga experiencia en ámbito universitario. Su país, de hecho casi no se adhiere a los acuerdos de París sobre el clima por considerarlos demasiado “débiles”.
El Papa rezó junto a la familia de la embajadora...
Y se despidió con mucha simpatía de una de las más pequeñas que formaba parte del séquito.
“Ciao. Lourdes, qué lindo nombre ¿eh?”.
Nicaragua y la Santa Sede tienen relaciones diplomáticas desde 1908.